Flexibilidad, Harmonía y Zero Consumo
Casa pasiva en Llinars
UBICACIÓN Llinars del Vallès
SUPERFÍCIE 211 m2
PRESUPUESTO 293.000€
CASA AISLADA
Cuando les preguntamos “¿Cómo sois como familia?”, no respondieron con una lista de necesidades, sino con una imagen: una foto del verano donde estaban todos abrazados, entrelazados, sin que se distinguiera dónde empezaba un brazo y terminaba el otro.
A partir de esa idea, diseñamos una casa que no solo respondiera a un programa funcional, sino que reflejara su forma de vivir. Un hogar donde cada habitante tuviera su espacio, pero sin perder la cercanía.
Una arquitectura esencial diseñada para potenciar la conexión familiar, la comodidad y la flexibilidad.
La casa que crece con quienes la habitan
En el centro de esta vivienda hay algo más que un espacio: hay una idea.
Diseñada para evolucionar con sus habitantes, esta casa redefine la forma en que vivimos, permitiendo que cada estancia adopte diferentes usos a lo largo del tiempo. No hay límites fijos, solo posibilidades.
Los espacios se articulan en torno a un corazón central sin un uso específico, un lugar de encuentro, descanso o incluso trabajo, que puede transformarse según las necesidades de quienes la habitan.
Esta flexibilidad no es casualidad: responde a una arquitectura pensada para adaptarse, donde cada metro cuadrado está diseñado para ofrecer múltiples opciones.
Espacios que fluyen: la libertad de lo abierto
Las fronteras entre estancias se difuminan. Grandes correderas permiten abrir o cerrar los ambientes, conectando la zona de día con las habitaciones según el momento.
De día, la casa se siente como un gran espacio unificado; de noche, cada área recupera su intimidad.
Aquí, las puertas no dividen, sino que sugieren transiciones. La luz natural se filtra sin obstáculos, acompañando la vida en la casa y acentuando la sensación de continuidad.
Desde el salón hasta el comedor, el recorrido es fluido y sin interrupciones, fomentando una forma de habitar abierta y adaptable.
El corazón de la casa
El comedor no es solo un lugar para comer, sino el centro de la vida familiar, el punto donde todos los espacios convergen. Ubicado en el espacio central de la vivienda, su diseño permite que sea mucho más que un área funcional: es un lugar de encuentro, conversación y celebración.
«El comedor es donde nos reunimos sin pensarlo. Desde aquí, todo está conectado, pero sin perder la sensación de recogimiento.»
Este espacio se abre completamente hacia el porche, permitiendo que la luz natural lo inunde durante todo el día y convirtiéndolo en una extensión del exterior.
Cuando las grandes correderas se abren, el interior y el exterior se funden en un solo ambiente, adaptándose a la estación y a la ocasión.
Un espacio que se llena de vida
El comedor es un punto de referencia en la casa. Por la mañana, la luz del porche lo ilumina con suavidad, haciendo del desayuno un momento especial. Al atardecer, la calidez del sol filtrado por un patio orientado a oeste lo transforma en un rincón acogedor.
Los materiales juegan un papel clave en la atmósfera del espacio. La madera del mobiliario aporta calidez, mientras que las paredes blancas y los acabados naturales reflejan la luz, realzando la sensación de amplitud.
«El comedor es ese sitio al que siempre volvemos. Es el lugar donde la familia se encuentra sin darse cuenta, donde se comparten las historias del día y donde todo sigue girando alrededor de la mesa.»
En Viva creemos que los espacios deben ser versátiles, acogedores y funcionales. En esta casa, el comedor es mucho más que una estancia: es un espacio que crece, cambia y se adapta, manteniendo siempre su esencia como el verdadero corazón del hogar.
Juntos, pero independientes
¿Cómo diseñar una casa que permita compartir el día a día sin invadir la intimidad de cada uno? En Viva lo tuvimos claro: crear espacios abiertos que favorezcan la interacción, pero con la flexibilidad suficiente para ofrecer momentos de privacidad.
«Es un espacio donde todo está a la vista, pero también puedes tener tus rincones y tu recogimiento.»
El espacio central es el nexo de unión. Las transiciones entre espacios no son impositivas, son naturales: las puertas correderas permiten jugar con la apertura y el cierre según la ocasión.
La casa también entiende la importancia del espacio personal. Las habitaciones han sido diseñadas para ser luminosas, acogedoras y versátiles, adaptándose a distintas necesidades con el tiempo. Este equilibrio entre comunidad e independencia es lo que hace que esta casa no solo se habite, sino que se viva plenamente.
Un Oasis Personal
El dormitorio principal se abre a un tercer patio, un espacio más íntimo y protegido del resto de la casa. Aquí, un banco de lectura se convierte en el lugar perfecto para empezar o terminar el día con calma
«Me encanta sentarme aquí con un libro y sentir el silencio. Es mi momento favorito del día.»
Este patio refuerza la idea de que el hogar debe ofrecer espacios tanto para la convivencia como para la introspección. Es un rincón que pertenece solo a sus habitantes, diseñado para ser un refugio dentro del propio hogar.
La casa cuenta con otros dos patios estratégicos. El porche de mediodía, conectado a la sala, capta la luz del sol en invierno y ofrece sombra en verano, convirtiéndose en una extensión natural del interior.
Al otro lado, el patio del sol de tarde, junto al comedor, se llena de una luz cálida perfecta para desconectar al final del día.
«Es increíble cómo cambia la casa según la hora del día. Te das cuenta de que el espacio está vivo.»
Cada patio tiene su momento y su función, aportando luz, ventilación y una conexión fluida con el exterior, adaptándose a la vida en la casa de manera natural.
Una casa pasiva: confort sin consumo
Esta vivienda se diseñó bajo los principios de la arquitectura pasiva. Cada decisión constructiva contribuye a crear un hogar eficiente, con el mínimo gasto energético y el máximo confort térmico.
Las grandes aperturas están estratégicamente situadas para captar el calor en invierno y evitarlo en verano, con la vegetación escogida y situada de manera estratégica. Los muros de gran inercia térmica mantienen una temperatura estable todo el año.
«Parece obvio, pero a veces se olvida cuánto influye la luz natural, el orden, la sensación térmica en nuestro bienestar. Aquí dormimos mejor, descansamos mejor.»
Gracias a este diseño, la casa prácticamente no necesita calefacción ni aire acondicionado, reduciendo la huella ecológica sin renunciar al confort.
El porche, la mejor habitación de la casa
Desde el inicio, queríamos una casa donde el exterior fuera tan importante como el interior. Diseñamos una terraza que funciona como un espacio más de la vivienda, siempre cambiante según la estación.
«Un sábado por la mañana, cuando estamos desayunando y entra el sol por la ventana… Son momentos tan bonitos.»
El banco de madera a la altura perfecta invita a sentarse sin prisa, a compartir una conversación o simplemente a disfrutar del paisaje. La orientación de la casa permite que este espacio sea soleado en invierno y fresco en verano, creando un confort natural sin necesidad de sistemas artificiales.
También la cocina se abre al porche. Es una extensión del interior, un espacio donde la familia disfruta del desayuno con la calidez del sol de la mañana.
Trabajar, crear, desconectar
Ubicado en la parte más alta de la casa, el estudio es un espacio especial, diseñado para la concentración, la creatividad y el descanso.
A diferencia de las áreas más abiertas y conectadas de la planta baja, este rincón ofrece una sensación de recogimiento y unas vistas espectaculares de la sierra.
Su acceso a través de una escalera de caracol refuerza la sensación de transición: al subir, se deja atrás el ritmo de la vida en colectivo para entrar en un espacio más introspectivo.
La ubicación estratégica en la planta superior garantiza tranquilidad y aislamiento acústico, proporcionando el ambiente perfecto para trabajar, leer o simplemente desconectar.
A Tocar del Cielo
La gran ventana enmarca el paisaje, permitiendo que la luz natural inunde el espacio y conecte el interior con el exterior. Durante el día, la orientación y el brise-soleil favorecen la entrada de luz sin deslumbramientos, creando un entorno luminoso pero sereno.
La relación con el cielo y la vista abierta sobre el entorno convierten este estudio en un lugar donde la inspiración fluye de manera natural.
Aquí, cada detalle ha sido pensado para potenciar la funcionalidad sin perder el confort. Los elementos de carpintería integrados aprovechan al máximo el espacio disponible, manteniendo el ambiente despejado y libre de distracciones.
Más que un simple espacio de trabajo, este estudio es un refugio personal dentro del hogar. Un lugar donde el tiempo se ralentiza, donde el silencio se disfruta y donde la arquitectura acompaña el pensamiento y la creatividad sin imponerse.
La esencia de la arquitectura: sencillez y calidez
En un mundo saturado de estímulos, esta casa apuesta por la serenidad. Su diseño no busca impresionar con artificios ni soluciones superfluas, sino con la claridad de sus ideas y la honestidad de sus materiales.
La arquitectura aquí es esencial, sin adornos innecesarios, pero profundamente rica en experiencias.
Su estructura de tejado a dos aguas remite a las casas tradicionales, evocando la calidez de los hogares de siempre con una lectura contemporánea. Las formas puras, los volúmenes equilibrados y la integración con el entorno crean un espacio armónico donde la vida fluye sin interrupciones.
Es un diseño pensado para la vida cotidiana, para acompañar los gestos diarios sin imponerse. No hay decisiones formales gratuitas.
La simplicidad aquí no significa ausencia, sino precisión. Es una casa sin elementos superfluos, donde todo tiene un propósito y cada detalle está al servicio del bienestar de quienes la habitan.
Es una arquitectura que no grita, sino que se siente. Un refugio en el que la calma y la luz dibujan cada momento del día, haciendo de lo cotidiano una experiencia excepcional.