La Historia de un Muro de Piedra
Parece que fue ayer, pero ya ha pasado un año desde que terminó la obra de Casa de Jan. Sus padres, Aran y Roger, nos explican cómo ha sido esta aventura y cómo viven su nueva casa.
Silvia Arias
Diplomada en Magisterio
Directora de Viva
Cuando Aran y Roger reflexionan sobre el proceso de construcción de la casa de sus sueños, Aran reconoce que, en ocasiones, fue emocional. Junto con Roger, quería que cada detalle fuera perfecto para que el espacio se maximizara y pudiera ser disfrutado por la familia durante muchos años.
La casa es tranquila y serena por la mañana, cuando Jan todavía duerme. La pareja aprovecha para preparar el día y desayunar juntos en la cocina. Es pronto y Jan está a punto de despertarse, y entonces empieza el ajetreo. Los dos trabajan en una empresa multinacional y necesitan las energías durante la semana, pero cuando llega el fin de semana, es fácil ver como la casa se llena de amigos, con muchas risas compartidas entre padres e hijos.
Pero, aparte de la diversión familiar, la pareja dedicó mucho tiempo a investigar sus opciones cuando llegó el momento de construir. «Habíamos estado considerando construir durante algún tiempo, pero el proceso siempre parecía intimidante, dada nuestra ajetreada vida con la familia y el trabajo», explica Roger.
Aran y Roger trabajan juntos en una empresa internacional de diseño, y Jan va a hacer dos años. Añade dos perros a la ecuación, y puedes entender cómo la casa familiar de sus sueños pasó algún tiempo siendo solo un sueño antes de convertirse en realidad.
«Nos atrajo Viva por su estética de diseño y porque es una empresa familiar de larga trayectoria que tenía la experiencia para gestionar todo el proceso desde el diseño hasta la entrega y más allá».
Con más de 20 años de experiencia en la industria del desarrollo de productos, el trabajo de Aran también significaba que era muy meticulosa con el proceso y los detalles. Exploró muchas opciones, desde empresas de diseño y construcción hasta la contratación de arquitectos y la búsqueda de un constructor, pero el enfoque flexible pero metódico de Viva le llamó la atención.
«Hicimos nuestra investigación en muchas empresas de diseño y construcción, pero pensamos que estaríamos limitados por sus modelos particulares», dice Roger.
«Había una gran empresa que consideramos que estaba intentando meter un cuadrado en un agujero redondo. Su diseño de casa no se ajustaba a nuestro terreno, mientras que el equipo de Viva estaba tan comprometido en diseñar algo completamente personalizado para nuestra parcela y las necesidades de nuestra familia».
El diseño resultante fue tan único como se prometió, y el equipo de diseño trabajó en colaboración con Aran y Roger para perfeccionar hasta el último detalle.
«Recuerdo que en la fase de diseño la casa empezó siendo más pequeña. De hecho, tenía una planta menos. Pero un día Viva nos planteó escalonar la sala de estar y así ganar una sala de juegos en la planta de acceso. Trabajan con maquetas muy grandes, con muebles y todo, en las que podías entender los espacios y cómo entraba la luz en la casa. Eso nos enamoró y nos lanzamos.»
Al entrar en la nueva Casa de Jan, lo primero que se percibe es la sensación de luz y espacio. Es grande y espaciosa, mucho más grande de lo que parece desde la calle, pero es increíblemente cálida y tranquila.
«El flujo de la casa es hermoso«, me dice Aran. «A pesar de que es grande, todavía te sientes conectado con todos los demás en la casa y no hay áreas que no se usen o se amen«.
La arquitectura y el interior no buscan ser grandiosos u opulentos. En cambio, ofrece espacio para que cada miembro de la familia encuentre un retiro sin sentirse desconectado. «Una de mis preocupaciones al construir una casa más grande era que perderíamos esa sensación de unión, pero probablemente nos ha unido más», dice Roger.
Aran está de acuerdo. El resultado de una planificación de diseño reflexiva y con propósito, centrada en equilibrar la unión y el espacio. «Este fue un gran enfoque del diseño, dar a cada miembro de la familia un poco de paz sin desbandarnos, y no podría estar más feliz con cómo la familia funciona dentro del espacio».
Mientras terminamos nuestra charla, me ofrecen una visión de cómo es la vida familiar en su nueva casa. Aran y Roger continúan hablando de la casa conmigo alrededor de la encimera de la cocina mientras Jan y los dos perros juguetean en el sofá. «Ves, estamos en la cocina y mira qué vista!«, Aran señala a su hijo, tumbado en la alfombra bajo la luz que entra por el lucernario del doble espacio. «Levantarse cada día con esta luz natural es maravilloso«.
Con deportes el sábado por la mañana en la agenda para el día siguiente, Roger me cuenta cómo la cocina, el centro de la casa, se convierte en una línea de producción para hacer batidos y desayunos antes de las ocupadas actividades del día.
Pero al final del día, me dice Roger, todo se trata de reunirse de nuevo en el ‘banco de la luz‘, como se ha conocido cariñosamente a la zona de la mesa debajo del lucernario. «Nos encanta pasar el rato allí todos juntos, comiendo, leyendo o simplemente repasando el día».
Al imaginar a la familia de cinco, perros incluidos, amontonándose en el acogedor ‘banco de la luz‘ después de un gran día de escuela y trabajo, está claro que su hogar cumple su propósito; un lugar diseñado y construido para el disfrute familiar. Concluye nuestra conversación, Aran vuelve a su trabajo, y está plenamente claro que esta familia está contenta y cómoda en su refugio urbano. Verano o invierno, parece, esta casa cumple con su propósito.
Historia de la Casa de Jan
Éste es un extracto de una larga charla que disfrutamos en casa de Aran y Roger. Si te has quedado con ganas de más y quieres conocer el diseño a fondo, mírate su Historia.
¿Te gusta el Look?
