Los estudios muestran que con el tiempo, la felicidad adopta la forma de una sonrisa.
Durante la adolescencia y la universidad, todo es libre de preocupaciones y se trata de ti. Hasta los 40, las cosas se ponen serias: trabajo, estrés y algún sueño frustrado. Luego, en tus 50 y 60 (o antes si tienes suerte), comienzas a registrar todas las cosas maravillosas que la vida tiene para ofrecer. Seres hermosos que se parecen y huelen como tú (hijos), que ahora son lo suficientemente mayores como para cuidarse a sí mismos (o casi). La oportunidad de viajar y ver cosas increíbles que han construido personas extraordinarias.
Te das cuenta de que tu tiempo aquí es limitado y comienzas a disfrutar de las cosas buenas de la vida.
Así que, si en la edad adulta te encuentras con estrés o incluso infeliz a veces, reconoce que esto es una parte normal del viaje y sigue adelante. La felicidad te está esperando.

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